"Reducir el tiempo de desarrollo de los fármacos tendrá un gran beneficio e impacto en la sociedad"
1.- Para empezar esta entrevista, nos gustaría conocer cómo nació su vocación científica ¿Cuándo y por qué decidió que quería ser científico? En mi caso esta vocación siempre ha estado ahí. Estudié la carrera de Física pensando ya en que quería dedicarme a la investigación. En España, supongo que todo el mundo que se dedica a esto lo hace de forma vocacional, de la misma forma que la persona que siente la necesidad de escribir. No creo que alguien entre en este mundo buscando ganar mucho dinero o tener estabilidad, al menos aquí. Concretando, pienso que mi principal motivación es la de intentar buscar soluciones a problemas abiertos y muchas veces desconocidos. Esto hace que sea un trabajo muy creativo y estimulante, distinto cada día, aunque también muy frustrante. La mayoría de los días uno se va del laboratorio con la sensación de no haber avanzado nada.
2.- ¿Cuál es su formación y trayectoria como investigador? ¿A qué instituciones ha estado vinculado hasta ahora? Me he movido mucho y tengo una formación interdisciplinar. Como ya he comentado, estudié Física y me doctoré también en Física, con una beca de Formación del Profesorado Universitario (FPU). Durante el doctorado, realicé una estancia predoctoral en Leuven (Bélgica). Después, me trasladé al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) donde estuve cuatro años. Posteriormente, vine al Centro Nacional de Biotecnología del CSIC con un contrato Juan de la Cierva, donde llevo ya cuatro años y medio. También he trabajado en el Leiden University Medical Center (LUMC) (Países Bajos), a través de una ayuda de movilidad postdoctoral concedida por la European Molecular Biology Organization (EMBO). Como resultado de mi labor, he publicado 77 trabajos con revisión por pares, 55 de los cuales indexados en el Journal of Citations Report (JCR).
3.- ¿Qué le impulsó a presentar su solicitud al Programa ComFuturo? ¿Qué características diferenciales de este Programa le atrajeron a ello? Las bases del Programa ComFuturo encajaban muy bien en la investigación que realizo. Uno de los requerimientos de este programa es que los proyectos deben de ser aplicados, con potencial para impactar en la industria. En mi caso, el objetivo último de mi proyecto es la implementación de herramientas que puedan ser usadas para abaratar costes y tiempos en el desarrollo de nuevos fármacos. En cuanto a las características más atractivas de este Programa, diría que es la de ser investigador principal de un proyecto. Tener la oportunidad de dirigir tu propia investigación con mi edad (35 años) no es algo común en España.
4.- ¿En qué líneas de investigación está trabajando con la ayuda ComFuturo en el CSIC y qué resultados concretos espera alcanzar? El proyecto se enmarca en el campo de la imagen y más concretamente en el ámbito del procesamiento de imagen en criomicroscopía electrónica. Esta técnica permite obtener reconstrucciones tridimensionales de muestras biológicas a muy alta resolución mediante el microscopio electrónico. Hasta hace unos años, esta técnica permitía distinguir detalles en las muestras ligeramente más finos que 1 nanómetro (1 nm = 1·10-9 m). Recientemente la introducción de unos nuevos detectores en el microscopio electrónico ha supuesto una auténtica revolución en este campo, permitiendo alcanzar resoluciones de hasta 3 Angstrom (1 Å= 1. 10?10 m). No obstante, actualmente obtener este nivel de detalle no es sencillo y está limitado a algunas pocas muestras. Mi proyecto se centra en el desarrollo de nuevas técnicas de procesamiento de imagen que permitan obtener estas reconstrucciones a muy alta resolución de forma relativamente rutinaria, así como romper esta barrera de 3 Angstroms de resolución.
5.- ¿Qué utilidad económica y social tiene su proyecto? ¿Cómo va a beneficiarse la sociedad de los resultados que obtenga? La criomicroscopía electrónica se focaliza en el estudio de los llamados complejos macromoleculares o nanomáquinas moleculares. Estos elementos se encuentran en las células realizando tareas necesarias para su correcto funcionamiento. En el desarrollo de un nuevo fármaco es muy importante conocer la estructura tridimensional del complejo al que va dirigido el fármaco (diana). Saber esta estructura posibilita el diseño del fármaco in silico, es decir, mediante métodos computacionales que garantizan enormes reducciones de tiempos y costes en el desarrollo. Actualmente solo se conoce la estructura tridimensional de aproximadamente un 5% de todas las proteínas presentes en el ser humano. Esta falta de información estructural hace que típicamente el tiempo de desarrollo de un nuevo fármaco sea enorme y requiera de 15 a 20 años, con unos costes de alrededor de 1 billón de dólares. Obviamente, cualquier ayuda que permita reducir estos tiempos y costes tendrá un gran beneficio e impacto en la sociedad.
6.- ¿Considera que está, como joven investigador, en un momento especialmente creativo de su carrera investigadora y qué destacaría de su momento vital como científico? Totalmente. A mi edad creo que tengo tanto la motivación necesaria como las capacidades técnicas y creativas para llevar mis propias ideas a la práctica. Cuando uno es más joven, durante el doctorado o el primer postdoc, se tiene mucha motivación pero se carece de los medios técnicos para realizar el trabajo por uno mismo. Creo que la época más productiva de un científico es en la que yo me encuentro actualmente. Por eso, es tan grave la fuga de cerebros que se está produciendo actualmente en España, que justamente es en edades que rondan la treintena y, por tanto, en el momento más productivo de los investigadores.
7.- ¿Qué cualidades crees que debe tener un buen investigador? Yo creo que un buen investigador debe de tener capacidad de trabajo, creatividad para poder tener ideas nuevas por sí mismo, capacidades técnicas para poder desarrollarlas y motivación. También, pienso que para poder hacer una buena investigación es importantísimo tener cierta estabilidad laboral: uno no puede estar centrado en su trabajo con contratos de seis meses o un año sin saber que va a pasar más allá de ese tiempo.
8.- ¿Qué mensaje lanzaría a las empresas para animarles a apostar por la investigación y el talento joven a través de un programa de responsabilidad social como este? Opino que un país no puede decirse desarrollado si no invierte en investigación. Este sector debería de ser prioritario. Solo hay que mirar lo que hacen otros países de nuestro entorno, por ejemplo Israel que siendo un país como España, sin grandes recursos naturales, invierte muchísimo en este sector como modelo productivo. En España, el sector privado nunca ha tenido tradición en investigación y creo que esto es un error. Solo hay dos formas para una empresa de ser competitiva: una haciendo cosas que otros no puedan hacer y otra haciendo las mismas cosas que el resto pero de forma más barata. Un buen ejemplo de esto es el modelo de Estados Unidos o el modelo de China. La pregunta es ¿qué modelo deseamos para España?, ¿el americano o el chino? Obviamente los sueldos y la calidad de vida no son iguales en ambos países. La investigación da este valor añadido para poder desarrollar productos nuevos. ComFuturo posibilita que las empresas comiencen una relación con el CSIC, conociendo a su personal y sus capacidades. Esperemos que esta relación cada vez sea más fluida.