"Tenemos que trasmitir a la empresa que la investigación que hacemos no está alejada de lo que ellos pueden necesitar"
1.- Para empezar esta entrevista, nos gustaría conocer cómo nació su vocación científica ¿Cuándo y por qué decidió que quería ser científico? Desde siempre me ha apasionado aprender cosas nuevas, y especialmente recuerdo que de pequeño me hacía todo tipo de preguntas sobre cómo funcionaban las cosas. Cuando estaba en el instituto me gustaron especialmente la Biología y la Química (gracias a un par de buenos profesores), lo que me animó a estudiar Biología en la Universidad de Extremadura. Durante la carrera me interesaron fundamentalmente la Bioquímica y la Biología Molecular, y quise saber un poco más de estos aspectos del funcionamiento de los seres vivos. Y sigo en ello, aprendiendo de cada experimento.
2.- ¿Cuál es su formación y trayectoria como investigador? ¿A qué instituciones ha estado vinculado hasta ahora? Tras terminar en 2002 mi licenciatura en Biología por la Universidad de Extremadura, continué un año trabajando en el departamento de Bioquímica de la facultad de Ciencias, para realizar mi trabajo de grado o 'tesina', aunque sin ningún tipo de contrato ni beca oficial, algo que desgraciadamente no era raro entonces y me temo que aún sucede hoy en día. No pude conseguir una beca para realizar el doctorado en Extremadura, pero gracias en parte al trabajo realizado conseguí una beca en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO) del CSIC, donde me incorporé a finales de 2003 para realizar mi tesis doctoral sobre los mecanismos de reparación del ADN del virus de la peste porcina africana.Tras obtener el doctorado en Biología Molecular en la Universidad Autónoma de Madrid (2009), obtuve un contrato de la Asociación para la Investigación contra el Cáncer francesa (ARC) para irme al Institut Gustave Roussy en Villejuif, a las afueras de París, como investigador postdoctoral del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) -el equivalente francés del CSIC-, para trabajar sobre los mecanismos de reparación del ADN en bacterias y humanos. Desde mi vuelta a España, he trabajado en el laboratorio dirigido por Margarita Salas en el CBMSO, realizando estudios in vitro e in vivo de la replicación del ADN de virus bacteriófagos. Además, para ampliar mi formación, el año pasado realicé un curso de posgrado sobre Bioinformática en la Universitat Oberta de Catalunya.
3.- ¿Qué le impulsó a presentar su solicitud al Programa ComFuturo? ¿Qué características diferenciales de este Programa le atrajeron a ello? Sinceramente, hoy en día la situación de los investigadores es difícil, por lo que uno tiene que tener la ambición para presentarse a todas las convocatorias a las que puede, que son escasas. Específicamente, este Programa me pareció hecho a mi medida puesto que estaba dirigido a investigadores en mi franja de edad y formación, que es el momento más frágil en la carrera de un investigador. En el laboratorio, yo estaba intentando explorar nuevos modelos de trabajo, nuevas ADN polimerasas para su caracterización, con la mente puesta en posibles aplicaciones, por lo que el programa ComFuturo se adecuaba perfectamente a los planes que tenía y que probablemente no hubiera podido llevar a cabo de otra manera.
4.- ¿En qué líneas de investigación está trabajando con la ayuda ComFuturo en el CSIC y qué resultados concretos espera alcanzar? El objetivo último de mi proyecto es desarrollar nuevas herramientas capaces de amplificar material genético de manera cada vez más eficiente para los nuevos retos a los que se enfrentan las tecnologías de secuenciación genómica. Estas serán de utilidad en campos tan diversos como la Biotecnología, la Arqueología, la Genética forense, la Medicina personalizada, etc. Para realizar el proyecto estoy utilizando métodos clásicos de Bioquímica, junto con disciplinas más actuales como la Bioinformática y la Ingeniería de proteínas para desarrollar nuevas ADN polimerasas, mediante una doble aproximación: la caracterización de nuevas proteínas desconocidas o no caracterizadas previamente y la modificación a la carta de otras ya estudiadas para aplicaciones específicas.
5.- ¿Qué utilidad económica y social tiene su proyecto? ¿Cómo va a beneficiarse la sociedad de los resultados que obtenga? A corto plazo, la transferencia de la tecnología desarrollada en mi proyecto podría servir para aportar mi granito de arena al desarrollo del sector biotecnológico, ya que son estas empresas a las que va dirigido el producto. A más largo plazo, estas tecnologías pueden beneficiar a la sociedad en cuanto que puedan facilitar el análisis de información genética, mejorar la investigación forense, la detección de enfermedades, etc.
6.- ¿Considera que está, como joven investigador, en un momento especialmente creativo de su carrera investigadora y qué destacaría de su momento vital como científico? Probablemente sí, aunque espero tener muchos años para poder juzgarlo con perspectiva. Los años de trabajo me han dado conocimientos y herramientas para abordar los problemas científicos de la manera más adecuada y no solo realizar la investigación, sino también poder plantear los objetivos. La experiencia en el laboratorio también ayuda a tener más intuición a la hora de escoger y descartar abordajes técnicos. Además, me encuentro en un momento en el que convergen motivaciones extra; por un lado, creo que aún tengo todo por demostrar como científico, más allá del trabajo realizado bajo las directrices de mis mentores, y por otro, al estar en edad de formar una familia, como es mi caso, los jóvenes de mi franja de edad tenemos la necesidad de estabilizar nuestra situación laboral. Ambas cosas nos empujan a superarnos cada día en un mundo tan competitivo.
7.- ¿Qué cualidades crees que debe tener un buen investigador? Además de ilusión y tenacidad, obvias para ser bueno en cualquier profesión, yo destacaría dos: la ambición por aprender cosas nuevas y la paciencia para comprender que de los experimentos fallidos se aprende y son tan imprescindibles o más que los buenos resultados para conseguir los objetivos finales. También creo que hay que estar siempre motivados para "cambiar el chip" y aprender nuevos enfoques y nuevas tecnologías, que hoy en día evolucionan muy rápido y modifican nuestra forma de trabajar.
8.- ¿Qué mensaje lanzaría a las empresas para animarles a apostar por la investigación y el talento joven a través de un programa de responsabilidad social como este? En primer lugar, creo que hay que trasmitirles que la investigación que se hace en España no está tan alejada de lo que ellos pueden necesitar, tanto por calidad como por la diversidad de temas en los que se trabaja. Por otro lado, recuerdo haber leído recientemente que la investigación está muy bien valorada y que la gente se preocupa por que se facilite nuestra labor, algo en lo que creo que la sociedad civil está por delante de la clase política. Por lo tanto, creo que es una decisión con dos ventajas muy importantes, se invierte en la generación de conocimiento para el futuro del país y a la vez se mejora la imagen de la marca, asociando nuestra labor con la empresa. Por último, otra ventaja del Programa ComFuturo, desde la perspectiva de las empresas, es que algunas han podido priorizar líneas de investigación que consideraban más importantes o más demandadas por su sector, por lo que el beneficio del trabajo realizado puede ser más directo.