Jordi Tronchoni y el desarrollo de un vino de baja graduación que guste al consumidor protagonizan la segunda entrega del ciclo de entrevistas con los investigadores ComFuturo, el programa de la Fundación Genral CSIC, en la revista Innovaspain.
La industria del vino supone un 1% del PIB en España. La demanda crece cada año y el consumidor evoluciona. Esta tendencia al alza ha favorecido a todas las Denominaciones de Origen, que han rediseñado sus canales de comunicación y han incorporado nuevos clientes gracias a más y mejor información. Vinos económicos con unos estándares de calidad más que aceptables, apuestas de autor o formulaciones arriesgadas conviven sin problema con el grueso tradicional del sector. Se trata de un mercado que no excluye y que ha optado por enriquecerse y modernizarse.
Existe sin embargo una ecuación aún sin resolver: producir un vino bajo en alcohol que convenza al consumidor. Ese es el objetivo principal de la investigación que el biólogo molecular Jordi Tronchoni está desarrollando en el Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino (ICVV), en Logroño; un centro mixto entre el Gobierno de La Rioja, la Universidad de La Rioja y el CSIC.
Tronchoni es uno de los seleccionados en la segunda edición de ComFuturo, el programa de la Fundación General CSIC que apoya durante tres años a 15 jóvenes investigadores. Una colaboración público-privada en la también están involucrados Banco Santander, Naturgy, Acerinox, Fundación Cepsa, Fundación Domingo Martínez o Suez. Esta ayuda le llega en el momento justo. “Antes de entrar en ComFuturo me estaba planteando irme fuera de España a investigar”, señala el investigador.