Ir al contenido
Volver

Entrevista en Madri+d a Miquel Nofrarias, investigador ComFuturo en el Instituto de Ciencias del Espacio del CSIC

miquel

"En investigación, como en las carreras de larga distancia, uno compite sobre todo consigo mismo"

1.- Para empezar esta entrevista, nos gustaría conocer cómo nació su vocación científica ¿Cuándo y por qué decidió que quería ser científico? Supongo que es un proceso donde intervienen muchos factores, aunque creo que mi interés por la física nació porque delante de mi casa, en Solsona (Lleida), hay un campo que solía cruzar a menudo y, al estar poco iluminado, veía una cantidad enorme de estrellas. Ahí empecé a interesarme por conocer las constelaciones, las estrellas, las galaxias… Mis padres me compraron una enciclopedia por fascículos sobre el Universo con la que aprendía un poco más cada semana. ¡Así, cuando llegó el momento de escoger que quería estudiar lo tuve claro, o eso pensaba yo, porque de física no tenía ni idea!

2.- ¿Cuál es su formación y trayectoria como investigador? ¿A qué instituciones ha estado vinculado hasta ahora? Mi trayectoria investigadora ha estado ligada a la detección de ondas gravitacionales en el espacio, particularmente a la misión LISA Pathfinder que tiene como principal objetivo poner a prueba las tecnologías que se requieren para detectar esta radiación desde el espacio. España contribuye a la misión con el sistema de diagnóstico y procesado de datos y yo he contribuido en diferentes aspectos, en particular en el diagnóstico térmico, sobre el que hice mi tesis, de ahí mi interés por las medidas de precisión y la estabilidad térmica. Con respecto a las instituciones a las que he estado vinculado, me licencié en Física en la Universitat de Barcelona y después hice mi tesis doctoral en el Institut d'Estudis Espacials de Catalunya (IEEC), que defendí en 2007. Posteriormente, realicé una estancia de tres años en el grupo de 'Laser Interferometry and Gravitational Astronomy' del Max Planck Insitute for Gravitational Physics en Hannover (Alemania). Al terminar ese periodo, me incorporé al CSIC, al grupo de Astronomía Gravitacional del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE), con un contrato JAE-Doc. Cuando este contrato de tres años finalizó, seguí un año más contratado por el Institut d'Estudis Espacials de Catalunya para después volver al Instituto de Ciencias del Espacio, ahora como investigador ComFuturo.

3.- ¿Qué le impulsó a presentar su solicitud al Programa ComFuturo? ¿Qué características diferenciales de este Programa le atrajeron a ello? Del programa ComFuturo me atrajo que era una convocatoria nueva que me daba la oportunidad de proponer un proyecto propio y original que, en el caso de ser seleccionado, me permitiría llevarlo a cabo desde su diseño inicial hasta su aplicación final. Además, al ser una convocatoria competitiva, la propuesta iba a ser evaluada entre muchas otras, lo que representa un punto de motivación y reto personal. Aunque no hubiera sido seleccionado, el hecho de preparar una propuesta como ésta te obliga a definir muy bien tus objetivos y cotejarlo con lo que están haciendo otros grupos que trabajan en temáticas similares.

4.- ¿En qué líneas de investigación está trabajando con la ayuda ComFuturo en el CSIC y qué resultados concretos espera alcanzar? El proyecto de investigación que presenté a la convocatoria ComFuturo tiene como finalidad el desarrollo de sensores de temperatura de alta precisión y estabilidad para su uso en misiones espaciales. La propuesta se basa en el uso de resonadores optomecánicos. Estos son dispositivos que podríamos entender como osciladores de gran pureza que permiten llevar a cabo medidas de gran precisión. Mediante la medida de las variaciones en la resonancia de estos osciladores con la temperatura podemos utilizarlos como termómetros de altísima precisión, como no se ha obtenido nunca antes a temperatura ambiente. Además, estos dispositivos son cristales que iluminamos con luz láser lo que permite un sensor de temperatura basado en una tecnología muy poco intrusiva para determinados experimentos que, por ejemplo, sean susceptibles a campos magnéticos. Para determinadas misiones espaciales, como en las que yo he participado, este tipo de sensores podrían ser de gran relevancia.

5.- ¿Qué utilidad económica y social tiene su proyecto? ¿Cómo va a beneficiarse la sociedad de los resultados que obtenga? El proyecto busca desarrollar la tecnología necesaria para obtener un sensor de temperatura compacto, que permita llevar a cabo medidas de gran estabilidad mediante el uso de materiales y tecnologías que no afecten o contaminen el ambiente que rodea el sensor. La finalidad es realizar un diseño que cumpla los requisitos para poder integrarse en una misión espacial. La repercusión económica del proyecto está en la dirección de desarrollar un producto innovador basado en tecnologías punteras y con una aplicación directa en el ámbito del espacio que permita, en caso de ser comercializado, posicionar a la industria interesada en una situación predominante, ya que no existe hoy en día un producto similar en el mercado.

6.- ¿Considera que está, como joven investigador, en un momento especialmente creativo de su carrera investigadora y qué destacaría de su momento vital como científico? Pues es difícil asegurar que uno mismo está en un momento especialmente creativo. Los momentos, creativos o no, duran poco y después lo que queda siempre es un montón de trabajo… de ahí la frase que creo que se atribuye a Picasso: "La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando". En ese sentido, sí creo que acumulo suficientes años dedicándome a un determinado campo como para ser capaz de ver las cosas con perspectiva y poder juzgar mejor las diferentes ideas que me puedan surgir. Es decir, además de tener muchas ideas creo que también es importante separar el grano de la paja para no perder el tiempo y en eso, después de haberme equivocado en innumerables ocasiones durante estos años, posiblemente sí puedo aportar mi grano de arena.

7.- ¿Qué cualidades crees que debe tener un buen investigador? Si intento recordar las cualidades de las personas que he conocido o sobre las que he leído y a los que considero buenos científicos creo que, como mínimo, todas han demostrado una gran perseverancia, es decir, han perseguido una idea con paciencia y determinación a pesar de las dificultades y los errores. O posiblemente también gracias a los errores. Esa creo que es también una cualidad importante y complementaria a la perseverancia: la capacidad autocrítica. El no enamorarnos de una determinada idea simplemente porque es nuestra, sino aprender a mirarla y criticarla desde diferentes ángulos para intentar hacerla tambalear. Creo que en la investigación, como en las carreras de larga distancia, uno compite sobretodo consigo mismo.

8.- ¿Qué mensaje lanzaría a las empresas para animarles a apostar por la investigación y el talento joven a través de un programa de responsabilidad social como este? Les pediría, no solo como empresas sino también como ciudadanos, que miren a su alrededor: el ordenador que usan, el móvil, la pantalla de televisión, la lavadora, la bombilla o el coche… y que se pregunten cuántos de estos objetos cotidianos están producidos por empresas españolas o están basados en ideas de origen español y cuántos no. Me parece que hay mucha gente que está muy orgullosa, con razón, del país donde vive por lo bien que se vive, por el clima, por el paisaje, por la cultura y hasta por el deporte. A mí en particular también me gustaría que la ciencia y el desarrollo tecnológico entraran en esa categoría, y que las empresas y las personas en general reconocieran y estuvieran orgullosas de vivir en un país donde los jóvenes pueden formarse y trabajar en ciencia. En otros países esa es una idea básica y compartida por todos, se dediquen a la ciencia o no. No veo ninguna razón por la que no lo sea aquí. Eso sí, requiere una apuesta clara y un esfuerzo a largo plazo, en ciencia no existen los atajos.